En la era de la tecnología, los smartphones son una extensión de nuestra propia mente, pero en los últimos años estos se han encarecido de manera increíble. Como referencia, el iPhone original costaba en torno a 400€ , mientras que el iPhone 15 más básico parte de los 960€, más del doble. Este aumento del precio ha llevado a mucha gente a plantearse comprar móviles de segunda mano, ya sea directamente desde el fabricante con los reacondicionados, o al propietario original del producto desde plataformas de intercambio. Sin embargo, ¿merece la pena adquirir un móvil de segunda mano?
¿Qué motivos hay a favor de comprar un móvil de segunda mano?
El principal argumento a favor de un teléfono usado es el más obvio: el precio. Al ser un producto más antiguo y sobre todo, que ya ha tenido un cierto uso, su valor de venta puede llegar a bajar considerablemente. Un móvil como el iPhone 15 Pro Max o el Samsung S23 Ultra pueden superar con mucha facilidad los 1500€ sin ninguna dificultad, por lo que para mucha gente son totalmente inaccesibles como productos nuevos. Pero con el paso del tiempo y algo de uso, estos dispositivos pueden ver cómo su coste baja considerablemente y pueden ser opciones de mucha calidad todavía.
También hay un factor muy importante que lleva a muchas personas a comprar teléfonos ya usados. La ecología es algo que hay que tener muy en cuenta, y los dispositivos electrónicos dejan una alta cantidad de residuos de difícil tratamiento. En un mundo donde la sostenibilidad cada vez es más importante, comprar un móvil de segunda mano es una forma de ser consciente con el medio ambiente.
El rendimiento y las actualizaciones, las grandes dudas
Los usuarios suelen tener muchas dudas a la hora de afrontar la compra de un producto de segunda mano, y más todavía cuando el desembolso económico puede ser importante. Lo mismo pasa con los teléfonos móviles: si bien no tienen un coste tan elevado como el de un coche, siguen siendo productos de alto valor económico, y pueden asaltar las dudas cuando se adquiere un producto ya utilizado.
En la telefonía móvil, uno de los principales argumentos en contra es el rendimiento. Con el uso, un smartphone va sufriendo un desgaste que puede hacer que ya no funcione como el primer día. En juegos como Crazy Time, es donde podemos encontrar cómo el dispositivo ya está sufriendo cierta decadencia debido a su exigencia gráfica. Aunque sea un terminal de gama alta, un móvil con más de tres años de antigüedad puede encontrar dificultades.
Otro factor a tener en cuenta son las actualizaciones. Estas mantienen el teléfono con las últimas funcionalidades disponibles, lo que lo hacen más interesante y menos vulnerable a posibles ataques. Sin embargo, las marcas suelen abandonar sus dispositivos al cabo de entre dos y cuatro años, por lo que podemos exponer nuestros datos que almacenemos en nuestro teléfono de segunda mano debido a que la compañía detrás de él haya abandonado el producto por los más recientes.
